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Cocina rústica con encanto y todo lo necesario para sentirte como en casa.
Espaciosa, luminosa y pensada para disfrutar. Combina el estilo tradicional con sus paredes de barro cocido, muebles de madera y la comodidad moderna: lavavajillas, horno, microondas, nevera y menaje completo.
Ideal para desayunar con calma, cocinar en familia o simplemente sentarse a ver cómo entra la luz por la ventana mientras el café humea. Aquí los días empiezan con sabor a hogar.

Nuestro salón, con su cálido fuego de leña y su acogedora decoración rústica, es el lugar perfecto para disfrutar de las noches más frías. Ya sea en silencio o entre risas, aquí se encienden conversaciones sinceras, confidencias al calor del hogar y recuerdos que perduran.
Imagina una velada entre amigos o en familia, el crepitar del fuego, una copa de vino y la calma del campo…
Porque hay momentos que solo se viven junto a una chimenea encendida.

En El Tranco del Lobo, las mejores veladas suceden bajo las estrellas.
Nuestro amplio patio de estilo rústico es el lugar perfecto para relajarte al aire libre, disfrutar de una barbacoa con los tuyos o darte un baño refrescante en la piscina durante los días de calor. Todo, envuelto en la paz del entorno natural.
Por la noche, el ambiente se transforma: el silencio del campo, el cielo estrellado y la tranquilidad absoluta crean el escenario ideal para una cena al aire libre, una copa al atardecer o simplemente dejarse llevar por el momento.
Porque hay lugares donde el tiempo se detiene… y este es uno de ellos.

¿Gazpachos manchegos o una buena carne a la brasa? Tú eliges.
Nuestra barbacoa tradicional, construida en ladrillo y equipada con leña natural, es el lugar ideal para disfrutar de una experiencia gastronómica al aire libre. En compañía de familia o amigos, prepara platos típicos manchegos o simplemente deja que el fuego haga su magia con tus recetas favoritas.
La cocina exterior, funcional y con ese toque rústico que enamora, te da todo lo necesario para cocinar cómodamente sin perder el encanto del entorno.
Y es que aquí, cada comida se convierte en una celebración.










